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Magnetismo favorece la recuperación y el rendimiento deportivo

En cualquier competición deportiva hay un objetivo común: alcanzar el máximo rendimiento con el fin de lograr los mejores resultados.

Pero para llegar a este nivel óptimo de rendimiento, es necesario que los deportistas entrenen mucho, muchísimo y muy duro. En ocasiones mucho más de lo que su cuerpo puede aguantar sin resentirse, incluso llevando a cabo un entrenamiento apropiado.

El resultado de un sobreesfuerzo deportivo suele ser la fatiga muscular. Una consecuencia clara de un entrenamiento exigente que, muchas veces no se tiene en cuenta, y que puede acarrear importantes consecuencias como las lesiones deportivas.

En cambio, si nos tomamos en serio los tiempos de recuperación, y lo hacemos de la forma adecuada, es posible no solo evitar las temidas lesiones, sino que también favorece que los atletas prosperen. El problema viene cuando hablamos de atletas de alto nivel donde los tiempos entre competiciones muchas veces no son suficiente para recuperarse, teniendo en cuenta además los grados de estrés y intensidad a los que se somete el cuerpo debido a la alta competitividad.

Recuperación deportiva

Hablando en términos generales, podemos afirmar que el cuerpo necesita entre dos y tres días para recuperarse tras una competición deportiva. Son días exigentes donde los atletas se exigen a sí mismos el 500%, llevando sus cuerpos al límite.

Los campos electromagnéticos pulsados (CEMP) es una terapia basada en la aplicación de campos magnéticos que sirve, no solo para ayudarte en la recuperación tras una lesión, sino que también actúa de forma preventiva preparando al cuerpo para el esfuerzo que está por venir.

De esta forma, conseguimos mejorar el rendimiento de los deportistas de una forma no invasiva y completamente segura, antes de un evento deportivo, además de intentar “capear” las tan temidas fracturas, desgarros, esguinces, etc.

Cómo favorece la magnetoterapia el rendimiento deportivo

Los equipos de magnetoterapia utilizan las propias cargas eléctricas naturales del organismo para regenerar células y tejidos, lo que ayuda a aliviar el estrés, el dolor y reducir el ácido láctico en los músculos. Muchos atletas profesionales en todo el mundo utilizan dispositivos PEMF en su entrenamiento y recuperación, incluidos los olímpicos.

Los campos electromagnéticos pulsados actúan, sobre todo, a nivel vascular, favoreciendo el flujo sanguíneo, y del aparato locomotor, mejorando la condición de músculos, articulaciones y otros tejidos corporales.

Gracias a la magnetoterapia los músculos consiguen absorber más oxígeno, lo que a su vez puede mejorar significativamente el rendimiento y la resistencia muscular.

Los músculos que se usan mucho durante el entrenamiento y la competencia tienden a sufrir espasmos, y una acción clásica de la terapia de campo magnético es reducir los espasmos musculares estimulando la liberación de óxido nítrico.

Además, otra cosa importante a tener en cuenta es que la estimulación muscular con CEMP es más fuerte y menos incómoda que la estimulación eléctrica, lo que permite contracciones musculares más intensas, con menos molestias.

Según investigaciones realizadas por el Dr. Pawluk, uno de los grandes eruditos en esta materia, atletas tratados con magnetoterapia han informado de una mejora de hasta un 60-70% en el rendimiento general después de unas pocas semanas de usar la magnetoterapia.

Este porcentaje, hablando a nivel deportivo de alto nivel es una barbaridad, donde una mejora del 1% puede ser la diferencia entre ganar o perder.

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