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Que el alimento sea tu medicina… pero ¡cuidado con lo que comes!

El problema es que si bien una dieta equilibrada debería ser sufíciente para cubrir nuestras necesidades diarias de nutrientes el agotamiento dé la tierra, los abonos y pesticidas y los actuales procesos industriales manipulación, elaboración y conservación de los alimentos así como su preparación –al freírlos, cocerlos o asarlos– hace que muchas veces lo que ingerimos tenga un porcentaje muy pequeño de las vitaminas, minerales y oligoelementos que originariamente contenían y por eso son cada vez más los expertos que piensan que tomar suplementos diarios es ya poco menos que una obligación. Una verdadera lástima.

Las tres principales funciones de los seres vivos son la respiración, alimentación y, en la mayoría de los casos, la exposición al sol. A los vegetales les bastan los nutrientes del suelo, las radiaciones solares y el dióxido de carbono (CO) atmosférico para obtener la energía vital pero los animales -e incluyo a los humanos- necesitamos comer. Los mamíferos herbívoros no requieren demasiado esfuerzo para alimentarse -a los koalas, por ejemplo, les bastan unas cuantas hojas de eucalipto al día- pero a los carnívoros nos cuesta más esfuerzo porque debemos metabolizarlos y no solo es más complejo sino qué tiene sus peligros, especialmente en la actualidad ya que muchos de los alimentos están contaminados o desnaturalizados, sobre todo en el caso de las que consumimos los humanos. Y se trata de un grave problema porque en La inmensa mayoría de las ocasiones enfermamos por problemas psicoemocionales alimenticios y no por patógenos parasitarios o infecciosos. Cuando nuestro sistema inmune está bien porque nuestra alimentación es correcta y adecuada esos microorganismos no pueden afectarnos. La revista lo ha explicado de forma extensa y documentada incidiendo por eso, sobre todo, en la importancia del microbioma y del buen estado del sistema digestivo. Y dicho esto vamos a hace un somero repaso de algunas de las cuestiones en la que más hemos incidido y a nuestro juicio conviene recordar.

UNA PELIGROSA TRIADA
En la actualidad son tres los alimentos que más problemas de salud provocan: el azúcar blanco, el trigo y la leche (especialmente la de vaca). El azúcar común o sacarosa se obtiene de los vegetales -fundamentalmente de la caña de azúcar y la remolacha- y su consumo es hoy absolutamente exagerado e injustificado ya que se agrega a numerosos productos alimenticios: batidos, bebidas, bollería, conservas, confituras, chicles, chocolates, dulces, embutidos,flanes, helados, licores, mermeladas, natillas, pan, pasteles, quesos, salsas, tartas,yogures, zumos, etc. Se trata de una sustancia acidificante y oxidada que carece de elementos vitales y por tanto no es que sea innecesaria, es que es perjudicial aunque la propaganda marketiniana asevere lo contrario. Pierde todas sus vitaminas y minerales en el proceso de refi nado y sólo aporta calorías vacías. Esmás, su consumo habitual desmineraliza el organismo y provoca un fuerte déficitde vitaminas B -sobre de B1, B2y B3 -, ensanchamiento del hígado y de los riñones,aumento en sangre del nivel de insulina y hormonas corticoadrenales, sobrepeso,obesidad, problemas cardiovasculares y, en el caso de niños en etapa decrecimiento, menor densidad de los huesos, fatiga, falta de memoria,nerviosismo, introversión, emociones incontroladas y falta de concentración, entre otras dolencias.
En cuanto al trigo hemos explicado en detalle que el que hoy se cultiva y consume masivamente en todo el mundo pertenece a un solo grupo de las 25.000variedades existentes: las denominadas HYV (
High Yield Varieties)
o variedades de alto rendimiento. Se trata de un trigo cuyo ADN es hexaploide, contiene 42cromosomas y una plasticidad genética tan extraordinaria que permite obtener deél miles de variantes. De hecho contiene ¡seis veces más genes que el genomahumano siendo capaz de producir la friolera de 24.000 proteínas distintas! Se alteró su genoma de tal manera que su ADN fabrica proteínas desconocidas para nuestro organismo lo que hace, por ejemplo, que su alto contenido en amilopectinas genere continuos y sucesivos cambios de hiperglucemia a hiperinsulemia que pueden derivar en hipoglucemia, que sus gliadinas y el gluten dañen la impermeabilidad intestinal y provoquen reacciones autoinmunes que pueden dar lugar a muy diversas patologías y que algunas de sus proteínas se transformen en los intestinos en neurotoxinas y excitotoxinas que afecten a las neuronas cerebrales provocando diversas patologías del sistema nervioso. En realidad ningún órgano o sistema está a salvo de sus posibles efectos perniciosos. Su consumo puede de hecho provocar –o agravar- numerosas disfunciones y ser causa de celiaquía, hipermeabilidad intestinal, colitis ulcerosa,enfermedad de Crohn, lupus, obesidad, hipertrigliceridemia, resistencia a lainsulina, diabetes tipo II, autismo, esquizofrenia, hiperactividad, dermatitisherpetiforme y atópica, acné, psoriasis, asma, artritis, artrosis, tiroiditis deHashimoto, incontinencia urinaria, enuresis infantil, migrañas, ataxia, alopeciaareata, hernia de hiato, infertilidad, abortos recurrentes, el Síndrome de Sjögren, elSíndrome de Down, cáncer…
Esa es la razón de que en su día propusiéramos sustituirlo por trigosarraceno
, quinoa o amaranto
Respecto a la leche, sobre la que también se ha hablado en repetidas ocasiones
está constatada su relación con muy distintos tipos de cáncer (estómago, mama, ovarios, páncreas, próstata, pulmón, testículos y linfomas) así como con las enfermedades coronarias, la anemia ferropénica, laartritis reumatoidea, la osteoartritis, el asma, la colitis ulcerosa, el colon irritable,la diabetes Mellitus Tipo I, la enfermedad de Crohn, la esclerosis múltiple, estreñimiento, la fatiga crónica, las fístulas y fi suras anales, la incontinenciaurinaria, la intolerancia a la lactosa, la migraña, las infecciones de oídos, gargantay sinusitis, las reacciones alérgicas, el sangrado gastrointestinal, el síndrome demala absorción, los trastornos del sueño, las úlceras pépticas, la acidosis láctica,el aumento del riesgo de preeclampsia, la difi cultad de aprendizaje en niños yalgunos casos de infertilidad femenina.
Todo ello está científi camente documentado al igual que lo está la falacia de quesu consumo protege de la osteoporosis. Es falso. De hecho acaba de corroborarlo-una vez más- un estudio de cohorte realizado en la
Uppsala University
de Sueciacoordinado
tras seguir durante 20 años a61.433 suecas y constatar que tanto la frecuencia de fracturas de cadera como lamortandad fue mayor entre las que bebían más leche. Se publicó en octubre de2014 en
British Medical Journal.
Una de las razones es que la mayoría de la leche que hoy se comercializa es un producto industrializado que no tiene nada que ver con las secreciones vacunas originales. La leche natural se estropea a las pocas horas si permanece fuera de la nevera o sin hervir y por eso se esteriliza a muy altas temperaturas pero ello destruye todas las vitaminas y enzimas lácteas naturales y desnaturaliza sus nutrientes de forma que el organismo no puede metabolizarlos. La alternativa es reemplazarla por leches vegetales como las de avena, almendras y otras o por horchata de chufas
.
A esos tres dañinos productos conviene añadir un cuarto: las omnipresentes patatas. Su alta carga de carbohidratos de alto índice glucémico -al igual que el azúcar- dispara la secreción de insulina y aumenta el riesgo de padecer obesidad y diabetes tipo 2

. Y como ingerirlas crudas es tóxico y hay que cocerlas o bien freírlas en aceite -alterando y oxidando las altas temperaturas ambos productos- es muy importante limitar su consumo.
Es importante que se entienda: el consumo habitual de azúcar común (sea blanco o moreno), trigo y lácteos -y en menor medida el de patatas fritas- es la principal causa de casi todas las enfermedades humanas. Y hablamos de todos los productos que se elaboran con ellos.
EN CUANTO A LAS GRASAS…
Las grasas tienen hoy mala fama. Hasta hace un par de milenios su consumo en Europa tenía básicamente dos orígenes: la grasa animal -tocino, sebo, manteca…-en el Norte y los aceites vegetales en el Sur, especialmente los de oliva, soja y palma
(nº 226)
aunque luego se incorporaron otros como los de girasol y maíz ,importados desde el continente americano. Los cuatro son los más utilizados en Occidente y ello se debe al enorme excedente de aceites de maíz y soja que hubo en Estados Unidos hace unas décadas lo que llevó a este país a intentar venderlos¡desacreditando las grasas animales! Fue Estados Unidos quien inició la «guerra contra la mantequilla» e intentó convencer a la gente de que la reemplazara por la «más saludable margarina» cuando la verdad es que estaba hecha con aceites vegetales sólidos e hidrogenados repletos de los dañinos ácidos grasos «
trans»
. Tal es la razón de que aún hoy mucha gente crea que las grasas animales -especialmente las «saturadas»- no son sanas. Y es ridículo porque la división de las grasas en saturadas e insaturadas es además artificial y absurda.¡Ambas están presentes en casi todos los alimentos! Tanto en la carne de vaca como en la de pollo hay un 60% de grasas insaturadas -el 80% en la de pescado-similares a las vegetales. Y en los aceites vegetales hay hasta un 20% de grasas saturadas similares a las de animales (un 15% en el aceite de oliva). Nuestra propia grasa humana tiene entre el 2% y el 10% de grasas insaturadas. Es más, las grasas procedentes de animales podrían incluso ser más sanas que las de los aceites vegetales
(nº 182)
excepto si son de primera presión en frío como el aceite de oliva virgen extra
(nº 72)
. Si no es así los aceites vegetales -sean de oliva, maíz, soja, coco o palma- son insalubres porque se elaboran mediante ultra-moliendas a altas temperaturas que los desnaturalizan creando grasas
trans
yo tras moléculas tóxicas. Y no digamos ya si se trata de aceite de semillas obtenido mediante disolventes químicos derivados del petróleo como el hexano.Vamos a ser claros y concisos: es más sano freírse un huevo en mantequilla procedente de leche de vacas criadas en pastos naturales que en un aceite de semillas obtenido mediante extracción con hexano.
Vayamos en todo caso a lo elemental ¿necesitamos realmente tomar aceite? La respuesta es simple y corta: NO. Una dieta normal de vegetales, carnes y frutas aporta al organismo grasas saturadas e insaturadas más que suficientes así que puede dejar de echar aceite a la ensalada si quiere porque su vida no va a correr peligro por eso.
Otra cosa son los ácidos grasos de la serie omega 3 porque son esenciales y nuestro organismo no los sintetiza. En la revista se ha hablado ampliamente de ellos en los
números 17, 45, 86, 97, 106, 201, 216 y 232
. No necesitamos en cambio ingerir grasas omega 6 porque están presentes en todos los aceites y grasas animales y vegetales por lo que su carencia es prácticamente imposible.
Por lo que respecta a los omega 3 hay tres tipos: el ácido alfa-linolénico (ALA), el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA)
(nº 251)
. El primero se encuentra en pequeñas cantidades en todas las grasas y aceites y los otros dos en los pescados grasos y las algas. Estos dos últimos tienen buena fama pero no tanto el alfa-linolénico (ALA) porque se aseveraba que nuestro organismo tiene dificultades para transformarlos en EPA y DHA y no es cierto. Un equipo de la
University of East-Anglia
de Reino Unido

publicó en noviembre de 2010 en
American Journal of Clinical Nutrition
un estudio sobre 14.422 hombres y mujeres veganas en el que se constató que todos pudieron sintetizar importantes cantidades de EPA y DHA a partir del ALA de los vegetales. Luego tampoco es necesario ingerirlos salvo que sea por razones terapéuticas para tratar una inflamación patógena. En este caso sí es útil recurrir a los aceites de pescado, krill y mejillón verde o aumentar simplemente el consumo de pescado azul para potenciar los beneficios de los omega 3.
Como es igualmente útil la ingesta de ácidos grasos de cadena media como laque hay en los aceites de coco
y palma
así como, aunque en menor medida, de queso y mantequilla. Poseen efectos neuroestabilizadores y neuro protectores de especial interés para las personas con problemas cognitivos.
Por lo que se refiere al colesterol
– debemos hacer algunas breves observaciones:
1) El 70% del que circula por el cuerpo es endógeno: lo fabrica nuestro hígado.
2) Es esencial para la síntesis de vitamina D
.
3) Es básico para sintetizar testosterona y muchas otras hormonas importantes.
4) Forma parte de todas las membranas celulares del cuerpo confiriendo elasticidad. Y,
5) La afirmación de que tener altos niveles de colesterol en sangre aumenta el riesgo cardiovascular es falsa. Lo ha vuelto a constatar -por enésima vez- une quipo de 17 cardiólogos europeos y americanos
cuyo trabajo se publicó en octubre de 2018 en
Expert Review of ClinicalPharmacology
tras analizar las historias clínicas de ¡más de un millón depacientes!
En suma, comer alimentos ricos en grasa no es ni bueno ni malo pero lo que sí es un tremendo error es consumir aceites refinados y margarinas hidrogenadas
. Y recuérdelo: nuestro organismo -en especial el hígado- tiene capacidadpara producir grasas a partir de los carbohidratos pero si aún así quiere consumirlos sepa que las mejores grasas están en el aceite de oliva virgen extra, las aceitunas y el aguacate
.
HIPÓCRATES Y SU AFORISMO
Cuando en el 400 a.C.
Hipócrates
dijo «
que el alimento sea tu medicina»
la leche de vacas, cabras y ovejas se consumía fresca y sin hervir, los animales vivían deforma natural alimentándose de vegetales libres de pesticidas y los cereales eran los antiguos y se molían en molinos de piedra de forma que la harina conservaba sus aceites, proteínas, enzimas y vitaminas. Eran pues alimentos ricos en nutrientes Y, por supuesto, el azúcar no existía y el único manjar dulce era la miel
Sin embargo, ¿qué consume hoy la gran mayoría de la gente? Pues en un 90% alimentos industrializados llenos de aditivos tóxicos, carbohidratos refinados, platos precocinados y congelados, leche desnaturalizada carente de nutrientes, aceites vegetales hidrogenados, dulces, zumos llenos de azúcares… Desgraciadamente las ensaladas de vegetales crudos, las legumbres cocidas y las frutas no suelen superar el 50% de la dieta cuando deberían ser clara mayoría. De hecho predominan los alimentos cocidos, fritos u horneados. ¿Por qué cree el lector quela sociedad está repleta de personas con sobrepeso, obesidad, inflamaciónsistémica y todo tipo de enfermedades metabólicas? ¡Pues por lo que come!
RESPECTO A LAS CARNES Y PESCADOS
La mayor parte de la carne que consumimos hoy proviene de grandes explotaciones ganaderas donde los animales están estresados por encontrarse hacinados, sin apenas poderse mover a fin de que engorden más rápidamente –algo que deteriora su sistema inmune–, alimentados con piensos que contienen grasas saturadas y carne animal a pesar de que son herbívoros, llenos de hormonas que se les suministra para acelerar aún más su crecimiento y peso, contaminados de los antibióticos que se les da para combatir las infecciones repetitivas a causa de su endeble estado de salud –y que terminan pasando a nosotros cuando comemos su carne– e intoxicados a causa de los pesticidas,herbicidas, fungicidas, insecticidas y abonos químicos con que se tratan los pastizales y campos de plantas forrajeras que se terminan fijando en sus vísceras y músculos. Ingerir carne exige pues informarse muy bien de su procedencia.
En cuanto al riesgo de cáncer que dicen promueve el consumo excesivo de carnes rojas
no es un axioma. No es lo mismo un filete de vaca criada de forma natural a campo abierto que se alimenta de hierba que el procedente de una llena de toxinas a causa de una alimentación súper-proteica a base de semillas de soja,girasol o maíz procedentes del desecho de la extracción de aceites vegetales asícomo de antibióticos, hormonas y otras drogas de engorde de la farmacia veterinaria.
Y los vacunos no son la excepción: las mismas condiciones de cría malsana, estabulados o enjaulados de por vida, rigen para los pollos y los cerdos. Solo parecen ser algo más sanas las cabras y ovejas -de difícil estabulación- aunque también sufren problemas de alimentación y tratamientos con fármacos. Parece pues altamente probable que el riesgo de cáncer se relacione más bien con latoxemia de sus carnes.
En cuanto a los pescados criados en plena naturaleza son excelentes para la salud por mucho que desde hace unos años se nos quiera asustar diciendo que los más grandes contienen mucho mercurio
. Una parte por millón(ppm) en el tiburón y el pez espada y entre 0,1 y 0,2 ppm en otros son cantidades similares a las que hay en las carnes de cerdo o pollo; es más, en ellos puede llegar a haber 2 ppm de mercurio. Y en los mariscos solo hay trazas.
Y, por cierto, las carnes más ricas en nutrientes son las de las vísceras, algo bien conocido por las sociedades primitivas que precisamente saciaban el hambre con las entrañas dejando la carne muscular para el final. Hoy, lamentablemente, solo se conserva la costumbre de comerse los callos del estómago que son colágeno puro
cuando el hígado y la lengua, por ejemplo, contienen todos los minerales y gran cantidad de vitaminas, entre ellas la B
. Añadiremos que los sesos son ricos en ácidos grasos DHA y EPA y si su consumo es hoy tan bajo se debe al mito de la “enfermedad de las vacas locas”. Por eso mucha gente opta por ingerir huevas de merluza, bacalao y otros pescados ya que son una fuente extraordinaria de grasas EPA y DHA.
ALIMENTOS MEDICINALES
Hecha esta reflexión general sobre qué hacer si se quiere mantener una dieta sana conviene agregar que hay alimentos que promueven especialmente la salud y pueden ser utilizados para tratar muy distintas dolencias; en la revista hemos destacado los más conocidos. Y otro tanto cabe decir de las plantas medicinales entre las que sin duda destacan las especias
(nº 79)
. Todas ellas son ricas en sustancias de innegables propiedades terapéuticas aunque especialmente en tres:los fenoles, los terpenos y los alcaloides. Se trata de potentes antioxidantes,antiinflamatorios, antimicrobianos y antitumorales, virtudes que comparten con frutas y verduras, vegetales que deberíamos consumir en abundancia sobre todo por su alto contenido en vitamina C y sus enzimas. De hecho por eso hemos dedicado a sus principales principios activos varias extensos reportajes: a las enzimas de las piñas, al resveratrol de las uvas, a la quercitinade las cebollas, a los compuestos sulfurados de los ajos y el brócoli, a las cumarinas del cilantro
y las kalanchoes, a las apigeninas del perejil y el cilantro, a los aceites grasos de cadena media del coco, a los efectos protectores del páncreas del comino negro
y la moringa, al D-limoneno (anticancerígeno de los cítricos), a las moléculas activas de las achicorias
y las alcachofas
-son protectoras del hígado-, a las remolachas -productoras de óxido nítrico-, a la picrocrocina del azafrán
-clave para la salud visual- y a los compuestos anticancerígenos de la cúrcuma
y el yodo delas algas
las setas medicinales -hay más de un centenar- y de sus numerosas propiedades terapéuticas-; desde los omnipresentes champiñones hasta la melena de león
que potencia el factor BNDF regenerador de las neuronas- sin olvidar las famosas reishi, shiitake ymaitake Los frutos secos

merecen mención aparte ya que se caracterizan porcontener más de un 50% de grasas (las macadamias hasta un 75% de aceite oleico) y además son ricos en proteínas, minerales y vitamina E. Destacan entre ellos las nueces porque contienen un 10% del ácido omega 3 ALA
pero noson menos interesantes terapéuticamente hablando las avellanas, almendras,pistachos, anacardos y macadamias, todas ellas ricas en fibra soluble, componente esencial para la salud del sistema nervioso.
Dicho esto debemos hacer una advertencia: los frutos secos procedentes de Estados Unidos son pasteurizados y eso los desnaturaliza. Es mejor pues consumir los de otras procedencias, muy especialmente los españoles.
Terminamos este apartado indicando que muchos alimentos contienen moléculas capaces de motilar -silenciar la expresión de varios genes- y de ahí el nacimiento dé la Nutrigenómica. Se trata de una nueva disciplina que estudia el efecto de los alimentos sobre el genoma. Y es que nunca se había llegado a estar tan cerca demostrar científicamente la capacidad transformadora de los alimentos, mucho más allá de sus efectos sobre el metabolismo.
LOS FERMENTADOS Y EL MICROBIOMA
Estudios arqueológicos recientes permiten aseverar que los alimentos fermentados son tan antiguos como los inicios de la agricultura y la ganadería. Incluso hay indicios de su uso en las etapas anteriores de cazadores-recolectores. En el mundo actual solo se usa de forma habitual sin embargo en la elaboración del pan, de los vinos, las cervezas, los fermentados lácteos, los yogures y el kéfir sin pasteurizar, los quesos maduros y algunos embutidos.
La actividad de bacterias y levaduras sobre los alimentos originales produce dos tipos de resultados de alto valor nutritivo. Por una parte, nos proporcionan microorganismos simbióticos que se incorporan a nuestro microbioma intestinal equilibrándolo y mejorando su diversidad y, por otra, la fermentación degrada
sustancias indigeribles haciéndolas aprovechables además de ayudar a producir nuevas enzimas
y vitaminas de alto valor biológico. Otra ventaja es quela digerirlos incorporamos una serie de sustancias derivadas del metabolismo bacteriano de probada acción antibiótica y antinflamatoria: las bacteriocinas.
También hay que tener en cuenta que las membranas bacterianas (vivas o muertas por pasteurización) son ricas en beta glucanos y numerosas glucoproteínas que activan nuestro sistema inmune para potenciar su eficacia frente a toxinas y elementos patógenos. Cabe asimismo mencionar fermentados típicos de La gastronomía oriental como el miso, el tempeh y otros
(nº 152)
que llevan siglos usándose como alimentos de alto valor nutricional así como por sus propiedades terapéuticas.
Por lo que a la importancia del microbioma se refiere es imposible resumir aquí los artículos que le hemos dedicado ya que son numerosos. El microbioma es vital no solo en el tratamiento de las enfermedades infecciosas y degenerativas sino incluso en las neurológicas, desde el Alzheimer y la depresión
hasta el autismo
y la esquizofrenia
. Son importantes por ejemplo los butiratos y otros ácidos grasos de cadena corta
producidos por el metabolismo de la fibra alimentaria soluble. No solo renuevan y protegen el epitelio intestinal sino que tienen una importante acción sobre el complejo neuronal cerebral. No olvidemos que nuestro microbioma, además de sintetizar prácticamente todas las vitaminas, fabrica neuropéptidos y neurotransmisor es como la dopamina y la serotonina, agentes básicos de la actividad nerviosa.
Ahora bien, aunque el microbioma intestinal es el más populoso del organismo noes el único porque se ha detectado en todos los órganos y sistemas del cuerpo. Su papel es decisorio para la salud renal
y el aparato genitourinario
-especialmente frente a las infecciones- pero hay cada vez más evidencias de que es igual de importante para el sistema respiratorio
y la piel. Son nuestros simbiontes y cuidarles es la forma más sencilla de mantener lahomeostasis. De ahí que sea imprescindible utilizar los antibióticos con máxima precaución y solo en casos de extrema necesidad. Y lo mismo cabe decir de lacomida basura y del exceso de carbohidratos y azúcar: favorecen el crecimiento dé las especies bacterianas causantes de inflamación
Una última reflexión: el actual desarrollo de la biología molecular y la bioquímicacelular ha permitido evidenciar el importante papel que juegan las células madre y que éstas no solo se encuentran en los órganos seminales sino en todos los tejidos donde se conservan, reproducen y transforman en células funcionales. Asimismo se han identificado ya vesículas celulares capaces de atravesar la
membrana, tanto para incorporarse a células vecinas como para viajar por el flujosanguíneo. Denominadas exosomas
son de tamaño muy inferior al de las células que las contienen y no solo llevan en su interior una amplia gama de proteínas, lípidos y otras sustancias biológicamente activas sino fragmentos de ARN con capacidad para modificar la expresión de los genes delas células en las que ingresan.
Este mecanismo empieza de hecho a evaluarse como factor epigenético trascendental importancia pues ya hay evidencias de que exosomas procedentes dé los alimentos que ingerimos pueden penetrar en las células y producir transformaciones epigenéticas. Así que para asegurarnos de que sea unmecanismo beneficioso debemos cuidar al máximo nuestra alimentación procurando que sea lo más natural posible. Y eso implica comer prioritariamente alimentos crudos y evitar preparar los alimentos a más de 45º C. En cuanto a las legumbres es conveniente apelar a la germinación
(nº 78).
En fin, la mejor manera de asegurar una buena salud es ingerir a diario abundantes vegetales de todos los colores -son antioxidantes, antiinflamatorios y antitumorales-, compuestos sulfurados -cebollas, ajos y todas las crucíferas-,frutos secos, hongos y especias y, paralelamente, limitar o descartar el consumo dé azúcares, carbohidratos refinados, cereales sin cáscara, leche y lácteos no fermentados, aditivos alimentarios, platos precocinados, productos con pesticidas, transgénicos, alcohol, fármacos y tabaco.
Paula M. Mirre

amilopectinas genere continuos y sucesivos cambios de hiperglucemia ahiperinsulemia que pueden derivar en hipoglucemia, que sus gliadinas y el gluten dañen la impermeabilidad intestinal y provoquen reacciones autoinmunes que pueden dar lugar a muy diversas patologías y que algunas de sus proteínas se transformen en los intestinos en neurotoxinas y excitotoxinas que afecten a las neuronas cerebrales provocando diversas patologías del sistema nervioso. En realidad ningún órgano o sistema está a salvo de sus posibles efectos perniciosos. Su consumo puede de hecho provocar –o agravar- numerosas disfunciones y ser causa de celiaquía, hipermeabilidad intestinal, colitis ulcerosa,enfermedad de Crohn, lupus, obesidad, hipertrigliceridemia, resistencia a lainsulina, diabetes tipo II, autismo, esquizofrenia, hiperactividad, dermatitisherpetiforme y atópica, acné, psoriasis, asma, artritis, artrosis, tiroiditis deHashimoto, incontinencia urinaria, enuresis infantil, migrañas, ataxia, alopecia areata, hernia de hiato, infertilidad, abortos recurrentes, el Síndrome de Sjögren, el Síndrome de Down, cáncer…
). Esa es la razón de que en su día propusiéramos sustituirlo por trigo sarraceno, quinoa o amaranto

alimentos están contaminados o desnaturalizados, sobre todo en el caso de los
que consumimos los humanos. Y se trata de un grave problema porque en la
inmensa mayoría de las ocasiones enfermamos por problemas psicoemocionales
y alimenticios y no por patógenos parasitarios o infecciosos. Cuando nuestro
sistema inmune está bien porque nuestra alimentación es correcta y adecuada
esos microorganismos no pueden afectarnos. La revista lo ha explicado de forma
extensa y documentada incidiendo por eso, sobre todo, en la importancia del
microbioma y del buen estado del sistema digestivo. Y dicho esto vamos a hacer
un somero repaso de algunas de las cuestiones en la que más hemos incidido y a
nuestro juicio conviene recordar.
UNA PELIGROSA TRIADA
En la actualidad son tres los alimentos que más problemas de salud provocan: el
azúcar blanco, el trigo y la leche (especialmente la de vaca). El azúcar común o
sacarosa (nº 226) se obtiene de los vegetales -fundamentalmente de la caña de
azúcar y la remolacha- y su consumo es hoy absolutamente exagerado e
injustificado ya que se agrega a numerosos productos alimenticios: batidos,
bebidas, bollería, conservas, confituras, chicles, chocolates, dulces, embutidos,
flanes, helados, licores, mermeladas, natillas, pan, pasteles, quesos, salsas, tartas,
yogures, zumos, etc. Se trata de una sustancia acidificante y oxidada que carece
de elementos vitales y por tanto no es que sea innecesaria, es que es perjudicial
aunque la propaganda marketiniana asevere lo contrario. Pierde todas sus
vitaminas y minerales en el proceso

fuentes: Discovery DSalud

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